Jóvenes encerrados
Un vistazo a la situación de Venezuela desde los ojos de un adulto joven.
Como residente de la República Bolivariana de Venezuela puedes observar la situación del país latinoamericano desde un punto de vista más crítico. No es lo mismo que tu amigo te diga “Oye, ¡he probado la mejor hamburguesa del continente!” a que sientas la misma hamburguesa con tu paladar, lo mismo pasa en Venezuela. Muchos medios quieren expresar (algunos de forma crítica y otros no tanto) lo que sucede tanto en las calles como en el ámbito político de dicho país. La verdad es que el 90% de los medios no está ni cerca, de hecho, algunos en su intento de exagerar la situación se quedan cortos.
Queriendo englobar los problemas puntuales del país se puede hablar de una generación que la está pasando particularmente mal: la generación de los 90´s y principios del 2000. Si bien es cierto que la mayoría de los habitantes sufren las mismas condiciones de vidas (las cuales en su mayoría son bastantes malas), a estas generaciones les tocó la dura realidad de lo que muchos llaman “no tener sueños”, un joven venezolano que ronde en la edad entre 18 y 26 años, no está pensando en obtener un título, tener estabilidad económica y tener un buen futuro, ya que si bien es cierto que Venezuela brinda una gran cantidad de oportunidades para que sus jóvenes puedan tener acceso a la educación, tal es la situación del país, que algunos se debaten entre preguntas como: “¿y si dejo el país?, ¿y si me gradúo?, ¿y si cuando me gradúe no puedo irme del país?”, entre otras series de preguntas que les quitan el sueño cada noche. Hablamos de que estos jóvenes no tienen una vida plena, ya que simplemente en su mente ellos no están viviendo, desde su punto de vista ellos están sobreviviendo. ¿Y cómo negarse a esta realidad?, es decir, en un país con un poder adquisitivo “normal” o una economía “normal” es difícil tener esta edad, ya que no dejas de pensar en qué será de tu vida, si lograrás enamorarte, cuál será tu sustento el resto de tus días y así, pero estos jóvenes no están ni cerca de que estas sean sus mayores preocupaciones. No obstante también tienen que enfrentar las situaciones recurrentes de sus círculos sociales y vida cotidiana, hablamos de que se les presentan situaciones como:
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Si tienes un empleo común, no importa que tanto trabajes igual tu sueldo no alcanzará para una “canasta básica familiar” y mucho menos para salir de una emergencia médica. De hecho se han sabido de casos, ya sea por dinero o escasez, que no pueden adquirir medicinas VITALES de uso diario.
· No importa que tanto les guste su país, la mayoría se va de él. Y bien se podría pensar: si te vas, problema resuelto ¿no?, para lo cual la respuesta es un rotundo “NO” y en particular se generan dos situaciones: la primera es la del joven que se queda, ¿puede usted imaginar ver a todos sus amigos yéndose a otro sitio y no saber cuándo los verá de nuevo? Exacto, así de triste es. El segundo escenario no es más alentador ya que para los cuales su decisión es emigrar, deben tener en cuenta que dejan hasta nuevo aviso, algunos incluso hasta para siempre, a sus familiares, amigos y demás personas de importancia. Como podrán notar ambas situaciones son igual de difíciles, de ninguna hay salida.
Ahora veamos una situación menos importante desde los ojos de un adulto mayor pero muy controversial para un adulto joven. En Venezuela incluso hasta tener una cita es difícil, ya que, el poder adquisitivo varía como si de un juego se tratase, el momento de querer conocer a alguien se puede convertir en un deporte casi extremo porque hasta un simple helado puede privarte de otras cosas que llegues a necesitar hasta el siguiente día de paga.
Como pueden observar algunos, las situaciones acá expuestas no son para nada sencillas, otros pueden pensar en que todo esto son solo patrañas con ánimo de hacer lucir peor a un país que la está pasando realmente mal pero no es así. De hecho, se ha vuelto común entre los jóvenes que comprenden estas edades publicar en redes sociales comentarios “graciosos” sobre métodos de suicidios, y si, es tan común que ya a nadie le sorprenden pero… ¡Vamos! es como que vayas a una presentación de 10 comediantes y todos te ofrezcan unirte a uno de los mayores negocios de drogas de los que habrás escuchado, si bien el primero será incomodo ya al llegar el décimo estarás bastante acostumbrado, a tal punto que no reconocerás cuando te lo estén diciendo en serio.
Tal vez tacharán este articulo como “cruel”, pero cruel o no, es una realidad… Realidad a la cuales estos jóvenes no pueden escapar, solo les queda esperar lo mejor y que llegue el momento en que todo se arregle y conozcan las “preocupaciones” que corresponden a sus edades, porque simplemente es eso todo lo que ellos desean, una vida “normal” y nadie puede quitarles ese pensamiento, ya que, al final solo son Jóvenes Encerrados en sus propios pensamientos.